viernes, 22 de febrero de 2013

Músico-terapia en la antigüedad...


La utilización de la música como terapia hunde sus raíces en la prehistoria, puesto que se sabe que la música estuvo presente en los ritos "mágicos", religiosos y de curación. Sin embargo, los primeros escritos que aluden a la influencia de la música sobre el cuerpo humano son los papiros egipcios descubiertos por Petrie en la ciudad de Kahum en 1889. Estos papiros datan de alrededor del año 1500 a. C. Y en ellos ya se racionaliza la utilización de la música como un agente capaz de curar el cuerpo, calmar la mente y purificar el alma, así, por ejemplo, se atribuía a la música una influencia favorable sobre la fertilidad de la mujer, incluso con música de la voz del dios Thot. En el pueblo hebreo también se utilizaba la música en casos de problemas físicos y mentales. En esta época se data el primer relato sobre una aplicación de musicoterapia.
Fue en la antigua Grecia donde se plantearon los fundamentos científicos de la musicoterapia. Los principales personajes son:
  • Pitagoras: decía que había una música entre los astros y cuando se movían lo hacían con unas relaciones entre música y matemáticas. Este desarrollo de conceptos matemáticos para explicar la armonía en la música en el universo y en el alma humana , así, la enfermedad mental era resultado de un desorden armónico o musical en el alma humana, concediendo a la música el poder de restablecer la armonía perdida.
  • Platón: creía en el carácter divino de la música, y que ésta podía dar placer o sedar. En su obra “La república” señala la importancia de la música en la educación de los jóvenes y cómo deben interpretarse unas melodías en detrimento de otras.
  • Aristoteles: fue el primero en teorizar sobre la gran influencia de la música en los seres humanos. A él se debe la teoría del Ethos, una palabra griega que puede ser traducida como la música que provoca los diferentes estados de ánimo. Estas teorías se basaban en que el ser humano y la música estaban íntimamente relacionados, así que esta relación posibilitó que la música pueda influir no solo en los estados de ánimo, sino también en el carácter, por ello cada melodía era compuesta para crear un estado de ánimo a Ethos diferentes.
Para la musicoterapia es fundamental la llamada teoría del Ethos o teoría de los modos griegos. Esta teoría considera que los elementos de la música, como la melodía, la armonía o el ritmo ejercían unos efectos sobre la parte fisiológica emocional, espiritual y sobre la fuerza de voluntad del hombre, por ello se estableció un determinado Ethos a cada modo o escala, armonía o ritmo.
Fuente wikipedia.

sábado, 2 de febrero de 2013

BIENAVENTURANZAS...

Éste es el contenido literal del manuscrito qumraniano 4Q-Bienaventuranzas
«Bendito aquel que dice la verdad con un corazón puro
y no calumnia con su lengua.
Benditos quienes se apegan a sus leyes
y no se apegan a caminos perversos.
Benditos quienes juran por ella
y no indagan en caminos locos.
Benditos quienes la buscan con manos puras
y no la solicitan con corazón traidor.
Bendito el hombre que alcanza la sabiduría
y marcha en la ley del Altísimo
y aplica su corazón a sus caminos
y se obliga a su disciplina
y en sus errores se complace siempre;
y no la abandona en la aflicción de la prueba
y al tiempo de la congoja no la desecha
y no la olvida en los días de espanto
y en la aflicción de su alma no la aborrece».

(Traducción del prof. de la Univ. de Groningen, dr. Florentino García)

En la Biblia:

Mateo 5:3-4.- 3 «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 
4 Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. 
5 Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. 
6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. 
7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. 
8 Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. 
9 Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 
10 Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. 
11 Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.
12 Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.
13 «Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres.
14 «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte.
15 Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa.

El paralelismo entre ambos textos es comparable, y casi todos los estudiosos coinciden en la inspiración de uno para otro. Yo opino que el paralelismo que existe entre textos egipcios antiguos y otros textos bíblicos es aún mayor.
Véase que el relato del Qumram es más fiel a sus orígenes y conserva en parte la forma retórica de las "Confesiones negativas Egipcias" del Libro de los Muertos. Solo hay que contar cuantas veces aparece la palabra NO en el texto (7 veces), que luego aparece desvirtuado de forma positiva en las Bienaventuranzas de Jesús y ciertamente mejoradas.
Las denominadas Confesiones Negativas del “Libro de los Muertos” de los antiguos egipcios, también conocido como “El Libro para salir a la Luz del día”, incluyen en su capítulo 125 un texto que instruye al difunto sobre la declaración de inocencia que deberá prestar en el juicio de Osiris. En ese sentido, Sishu declara expresamente que: “no me asocié con el que ignoraba su poder”, “no me apoderé de los bienes de otros”, “no hice el mal a nadie”, ... No cabe duda de que el difunto conocía los rituales que se indican en el “Libro de los Muertos” para poder superar el temible juicio. Inscripción funeraria del padre de Petosiris.

Y más antiguo aún es: 
La letanía ética de las tablillas de Shurpu contiene un examen de conciencia similar a las denominadas confesiones “negativas” del Libro de los Muertos egipcio digna de admiración por el nivel moral del mundo babilónico.
Yo no cometí villanías contra los hombres. Yo no maltraté a los animales. Yo no practiqué el mal en el lugar de la justicia (maat)...
Yo no hice violencia al pobre... Yo no enfermé a nadie. Yo no hice llorar. Yo no até, ni ordené matar.